Hay que ser conscientes de los peligros y posibles circunstancias que pueden comprometer nuestra seguridad, por lo que para evitar el pánico y alarma, todos los miembros la unidad familiar tienen que estar preparados sabiendo cómo sobrellevar la situación:
- Analizar todas las entradas y salidas de la vivienda, descartar las peligrosas (ascensor en caso de incendio, por ejemplo) y contar con las seguras (escaleras de incendios, puerta de atrás, etc.)
- Analizar todas las entradas y salidas del barrio o urbanización, como carreteras, puentes o incluso caminos rurales.
- Establecer un punto de reunión en el barrio o urbanización y otro externo pero cercano en la misma ciudad o en el barrio más próximo.
- Establecer hasta tres rutas diferentes para llegar a cada uno de los puntos de encuentro.
- Y recordad en los puntos anteriores, las limitaciones de los integrantes de la familia: ancianos, discapacidad o enfermedades que nos limiten una u otra opción.
- Conocer y saber ajustar todas las llaves de agua y gas de la vivienda, así como los diferenciales de la luz.
- Revisar cada mes o trimestre cada mochila de supervivencia y el módulo de supervivencia.
- Realizar una tormenta de ideas, en las que cada miembros formule situaciones de emergencia hipotéticas (¿que pasa si...? ¿cómo salimos si...?) y buscar vías de escape y planes de actuación.
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